Para ello hemos creado nuevas obras, pues un cuadro no se fabrica, ya que no conocemos de antemano como va acabar. Pinta un cuadro debe ser una aventura de la que no sabemos el final.
Las laminas de hoy deben, por tanto cumplir un requisito: deben tener una distribucion equilibrada de conceptos, tanto color como materia.
Tras algunos intentos fallidos, hemos comprendido por qué nuestras pinturas no consiguen imitar el efecto de Pollock: los colores son demasiado candentes. Por lo tanto para "apagarlos"debemos recurrir al agrisado, mezclando cada color con su opuesto en el triangulo de colores primarios.
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